MICRORRELATOS DE EDGAR IVAN HERNANDEZ
Contradictorios
Ella era simplista, él
era un viento dulce; él amaba la abundancia, ella era su fortuna. El día de su
matrimonio decidieron divorciarse. Cuando se divorciaron se dieron cuenta que
eran el uno para el otro.
El profeta del desastre
Sus
hijos andaban por la playa, su esposa regresaría de otro país, todo el día
había sonado el teléfono y él sintió un viejo
pánico que le impidió
contestarlo.
El traficante
Traficaba
entre países, a las personas las trataba como cosas. Una noche decidió llevarse
a sus hijos a otra nación y los dejó perdidos en
un páramo. Cuando regresó a su casa, se dijo asimismo: ¡Es demasiado tarde para
arrepentirme!
El matemático
Era el docente de
excelencia en su especialidad, hacia restas con los días de tristeza,
multiplicaba su alegría, sumaba sentencias a sus refranes y un día dividió a su
familia en dos hogares, y el cálculo de su salario no alcanzó para todos sus
hijos, cuando reflexionó su corazón estaba partido. Sólo ignora: ¿cuánto hace
que feneció?
El Teórico de la muerte
Abandonó
el Bulevar donde con un encendedor en la mano, pipa y crack en la otra, se
convirtió en teórico de su muerte debido a que su teoría consistía en inmolarse
sin dañar su cuerpo.
Los recuerdos recurrentes
Era el recuerdo
de su padre disparándose en la cabeza, eran los sesos regados en la casa, era
insistente la fuerza que lo llevaba a
terminar haciendo lo mismo. Pero él siempre se creyó diferente.
Necrófilo
Era precoz y cada vez
se enamoraba de mujeres de mayor edad; en esa obsesión buscaba mujeres cada vez
más ancianas hasta que se enamoró verdaderamente de un cadáver.
El mártir
Regresó al corazón de la noche para
adelantarse al nuevo día.
Trillizos
“el: drogadicto; ella: ludópata y yo, demente.” Nos amamos
y nos aceptamos porque fuimos hermanos trillizos de un parto único.
Hombre indefinido
El Juez, el secretario y el forense comentaban y describían
las características del individuo: _Color de su piel es entre cenizo y bermejo;
entre pardo y cobrizo; entre terroso y plomizo. _Aún es incomprensible si esta
persona era víctima o fue quien dirigió el atraco.
Caín
Cuando cayó
su hermano y él miró hacia el cielo; cuando miró hacia abajo, Dios estaba
derribado.
Obsesivo
Tenía obsesión por las letras de Rubén Darío, Miguel Ángel Asturias y Roque Dalton,
en una fantástica noche su frente voló; y cuando encontraron su cadáver y sus
versos, dijeron que había nacido un poeta.